En la noche entre el 21 y el 22 de agosto, hemos incendiado una furgoneta de la empresa Eiffage [gran empresa constructora; NdT], en París (rue des Maraîchers).
La prisión destruye las vidas, dentro y también después de salir de ella. Esta se cierne también, amenazante, por encima de las elecciones de las personas fuera. Una amenaza para aquellos/as que se rebelan a este orden de cosas. Se trata de la última defensa de este mundo, frente a aquellos/as que la combaten, por necesidad o por elección.
Desafortunadamente, no tenemos la fuerza para hacer aquello que debería hacerse, es decir, reducir a la ruina estos monstruos de cemento, hasta el último. Rechazamos, a pesar de todo, de resignarnos, porque es a través de la lucha, incluso en condiciones de inferioridad, que podemos vislumbrar un poco de aquello que queremos: la libertad y el fin de la explotación.
Tomamos, por lo tanto, de mira, entre otras, las empresas que se enriquecen construyendo cárceles o administrándolas: ¡Como Eiffage!
¡Solidaridad con Boris!
[Traducción (desde el italiano): Contra Info]