En la noche del 28 al 29 de abril fueron atacadas las instalaciones de la “Depeche Interactiva”.
¡Desnudas, borrachas o aisladas, no somos presas!
La Depeche no es una fortaleza inexpugnable. Todos los grupos principales tienen sus debilidades, a nosotras de ser bastante inventivas, listas y bastante perspicaz para encontrarlas. La Depeche Interactiva es una rama del grupo Depeche. Esto es suficiente para que sea un objetivo.
Las razones para dañar a los medios de comunicación son innumerables. Incluso es más bien un discurso común entre aquell@s que han entendido que la opinión pública nunca será nuestro amigo. Este ataque es una reacción a la publicación de un artículo propagando la idea de que “nosotras mujeres” estamos creando las condiciones de nuestras agresiones, no incorporando el modelo en forma por los deseos de los hombres, que nos quiere silenciosas, sumisas, obedientes, y objeto de consumo.
Los martillos que esta vez apuntaron los escaparates -ya que podrían apuntar las cabezas- arman nuestra rabia hacia tod@s aquell@s que fortalecen la cultura de la violación. Esta acción es un paso hacia adelante en el camino sin fin de nuestra liberación de toda opresión. Obviamente, nunca repetimos lo suficiente, la violación no es el acto aislado de un individuo peligroso que acecharía su presa en la esquina de un callejón, sino un arma, a menudo la amenaza y el castigo correctivo para todas las mujeres que hicieron de la rebelión su vida o que simplemente buscan de salir de la jaula del patriarcado. Y siempre es un reflejo de un mundo que considera a las mujeres como objetos destinados a servir.
Los medios nos están instrumentalizando para destilar el miedo, creando una necesidad de seguridad a la que tuviéramos que responder, en emergencia, para obtener más y más control sobre nuestras vidas, cámaras, registros de ADN. No tratan de protegernos, este discurso es un señuelo para aumentar su dominio.
No queremos delegar nuestra protección, pero intentemos organizarnos para defendernos, y el ataque es una manera de hacerlo.
Dar a entender, al igual que lo hace Jean Cohadon en su artículo, que el alcohol y las drogas son problemas recurrentes de las mujeres, los cuales no pueden ser separados de las violaciones y otras agresiones las que están sujetas, es mantener sus piernas abiertas mientras que los verdugos están haciendo sus asuntos. Este pobre periodista, apasionado por las noticias de crónica y las intervenciones policiales, y miles de cómplices suyos impunes, a los cuales nadie piensa, o se atreve a atacarles. La Depeche, publicando su artículo en su infame trapo, es un cómplice demás.
Nos organizamos, entre mujeres, para que un día no nos ataquemos solo a los escaparates y a las paredes, sino a las personas escondidas atrás, y son aquell@s que son objeto de nuestro odio. Queremos que tengan miedo, que sepan que sus comportamientos no quedaran sin respuesta. Queremos que piensen a todas estas mujeres rabiosas que les acechan en la esquina de un callejón, y que sueñan de un día en el que los empujemos un martillo en el corazón. Quieren hacernos responsables de los horrores que nos hacen sufrir, queremos que el miedo cambia de campo.
Esta acción está dedicada a todas las mujeres enojadas, esperamos así calentar vuestros corazones.
¡Que las acciones contra el patriarcado se multiplican!
¡En sus martillos, listas, fuera!
Algunas mujeres rabiosas
Traduit de l’espagnol par contrainfo
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